Corremilleros senderistas:
Se va acercando el buen tiempo
y muchos comenzamos a realizar salidas ya un poco en serio a las rutas por la
naturaleza que nos ofrece la maravillosa orografía cántabra. Tanto los senderistas
expertos como aficionados que dan sus primeros pasos, cometemos muchas veces el
error de confiar demasiado en nosotros mismos y darnos cuenta, tarde por lo
general, de que nos falta “aquello” que no hemos traído por ese típico “¿Pa qué?”
El tipo de salida más habitual
que suele hacer un senderista ocupa rutas de una media de una jornada. Parece poco
pero en caso de imprevisto, como puede ser un cambio repentino del tiempo o una
lesión (Sin falta de que sea nada grave), pueden convertir nuestro día de
diversión cuando menos en un incordio y cuando más en una pesadilla.
Para tratar de evitar esto,
debemos tener en cuenta que la previsión y la preparación de la ruta y
materiales puede resultar decisivo. Recuerda que existen modelos de mochila de
hombre y de mujer. Las de mujer aumentan el agarre en espalda y cadera y
liberan espacio en el pecho, con lo que irás bastante más cómoda, sobre todo si
la ruta es larga y llevas algo de peso en la mochila. Si quieres optar por uno
de estos modelos específicos, déjate aconsejar por un técnico.
Te exponemos
una relación de aquellas cosas que deberías llevar en tu mochila. Te van a
parecer una barbaridad de cosas, pero si eres habitual de las salidas en
cualquier época del año, ten por seguro que antes o después casi todas
ellas pueden llegar a hacerte falta) Utiliza aquellas que estimes posibles para la ruta escogida.
Para salidas de unas cuantas horas debes pensar seriamente en llevar:
Agua. (Imprescindible)
Siempre un poco más de la que
pienses que puedes consumir en la ruta, sobre todo si no hay fuentes durante la misma o no tienes la
certeza de que éstas sean potables. Cuenta con que el ganado y la fauna las pueden
haber dejado en malas condiciones.
Comida. (Imprescindible)
Además de la fruta y/o el
bocata de rigor es muy interesante que lleves siempre algunas barritas
energéticas o frutos secos (almendras, nueces…) por si acaso. Tu cuerpo puede
pedirte un poco más ese día dependiendo de la exigencia de la ruta o de tu
estado anímico, incluso.
Un pequeño botiquín con gasa,
esparadrapo, pomada para picaduras, tiritas, y cualquier medicación crónica que
tomemos habitualmente…
Prenda de cabeza. Gorra con
visera para
el verano o gorro de lana para el invierno. Puede parecer
una tontería, pero la cabeza es una de las partes más expuesta a la pérdida de
temperatura por un lado y a la recepción de los rayos solares, por otra. Con
una protección evitaremos en parte problemas tanto por el frío como por
insolaciones.
Ropa de abrigo (mejor varias
prendas de menos grosor que una muy caliente) y técnica que no absorba el
sudor. Si no es que vayas a observar a la fauna de la zona, ponte ropa de
colores vivos, será más fácil que te vean los cazadores y los que te buscan en
caso de que te pierdas. Puedes aprovecharte de las ofertas de descuentos del club.
Un chubasquero para la lluvia (ahora los hay muy
ligeros y que plegados apenas ocupan espacio)
Teléfono móvil bien
cargado y a ser posible con una batería de repuesto o batería externa también
cargada y protegida de la humedad y temperatura en algún recipiente adecuado.
Ten en cuenta que cuando los móviles pierden cobertura la batería vuela al
intentar encontrar red todo el tiempo. Lo mejor sería llevarlo apagado (O en
modo avión si queremos llevarlo como GPS, por ejemplo)
Un mechero por si
por cualquier motivo inevitable necesitamos hacer fuego (nos perdemos y llega
la noche). Es conveniente llevarlo en cualquier recipiente estanco, como una
bolsa de alimentos con autocierre.
Una manta térmica (si, esas que parecen papel de
aluminio), ni pesa ni ocupa nada y puede venirnos muy bien en caso de apuro y
friolera. (Puede parecerte exagerado, evidentemente para rutas de dos a 3 horas
por zonas de poca altura no la necesitas, pero si vas a hacer una ruta larga de
montaña, puede sacarte de un apuro. Recuerda que sobre todo en la media montaña,
el tiempo y la temperatura pueden cambiar en cuestión de muy poco tiempo).
Una linterna. Piensa que tu ruta se puede alargar por cientos de motivos (Resguardarse de
un chaparrón, pararse a disfrutar de un lugar con un encanto especial, fotos y
más fotos…), y si empieza a anochecer, la puedes necesitar. Muy útil también en
caso que necesites señalizar tu posición en caso de que te tengan que
localizar.
Un silbato (si nos perdemos podremos hacer ruido
para que nos localicen en caso de necesidad y no nos ocupa apenas espacio).
Fíjate bien si tienes que comprar mochila, puesto que muchas pueden llevar uno
incorporado en los tirantes.
Un mapa
de la zona y una brújula o un gps con
la batería bien cargada. A veces por mucho que conozcas la ruta, una niebla
intensa puede hacer que te despistes.
Si te
equipas adecuadamente, tu salida se convertirá en una agradable jornada que
querrás repetir. No lo estropees por ahorrar
unos gramos en tu mochila.
¡Ah! No
te olvides además de sacar fotos y compartirlas con los demás corremillanos.